PRÓLOGO
Año 2038, el planeta Tierra se encuentra en una situación crítica.
El medio ambiente se ha deteriorado hasta el punto que el aire se hace irrespirable. La gran mayoría de las especies animales y vegetales forman parte del pasado y las que sobreviven se encuentran al borde de su extinción. Los recursos energéticos son la principal moneda de cambio para los humanos, que habitan en pequeñas comunidades.
Siempre está nublado y cuando llueve caen gotas ácidas que contaminan el suelo, el agua y la vegetación.
De vez en cuando, se escuchan a los aviones bombardeando, cada vez se derrama más sangre inocente. La falta de recursos, provocó una guerra por las zonas seguras, esto causó más infecciones, lluvia ácida, destrucción de los polos... Lo que no estaba infectado, estaba inundado.
En Nueva York, actualmente una pequeña comunidad debido a la situación de la Tierra, John, un piloto de avión de 21 años, está muy interesado en ayudar a mejorar la situación del planeta. Él ya había pasado por una experiencia parecida: Kinera, la isla donde él vivía de pequeño, también se había destruido. John, desde aquella experiencia vivida en la niñez , tiene sueños premonitorios. Esa noche, precisamente soñó que su nave espacial se estrellaba, debido a un fallo en los frenos, contra la selva de Manaos. Se despertó alterado y llamó a Sikes, su hermana pequeña. Los dos iban a viajar ese día a Brasil. Sikes lo tranquilizó, diciéndole que no se preocupara, que sólo había sido una pesadilla. Ella desconocía que, desde que vinieron de Kinera, su hermano tenía este tipo de sueños .
Tras un ligero desayuno, durante el cual John no paraba de pensar en lo que había soñado, cogieron las maletas y subieron a la nave que se encontraba en la terraza del edificio. Llevaban tiempo preparando este viaje. Nada más subir, John revisó con minuciosidad los frenos. Quería evitar por todos los medios lo inevitable. Pero no se dio cuenta de que una pequeña grieta se abría en el depósito del combustible.
Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. En un momento del trayecto, empezaron a encenderse las luces de emergencia. Sikes gritaba histérica. John intentaba, desesperado, buscar la causa de la posible avería. Pero no tuvo tiempo de solucionar nada. La nave cayó en picado hacia la selva de Manaos. Desgraciadamente, John y Sikes se quedaron inconscientes.
El medio ambiente se ha deteriorado hasta el punto que el aire se hace irrespirable. La gran mayoría de las especies animales y vegetales forman parte del pasado y las que sobreviven se encuentran al borde de su extinción. Los recursos energéticos son la principal moneda de cambio para los humanos, que habitan en pequeñas comunidades.
Siempre está nublado y cuando llueve caen gotas ácidas que contaminan el suelo, el agua y la vegetación.
De vez en cuando, se escuchan a los aviones bombardeando, cada vez se derrama más sangre inocente. La falta de recursos, provocó una guerra por las zonas seguras, esto causó más infecciones, lluvia ácida, destrucción de los polos... Lo que no estaba infectado, estaba inundado.
En Nueva York, actualmente una pequeña comunidad debido a la situación de la Tierra, John, un piloto de avión de 21 años, está muy interesado en ayudar a mejorar la situación del planeta. Él ya había pasado por una experiencia parecida: Kinera, la isla donde él vivía de pequeño, también se había destruido. John, desde aquella experiencia vivida en la niñez , tiene sueños premonitorios. Esa noche, precisamente soñó que su nave espacial se estrellaba, debido a un fallo en los frenos, contra la selva de Manaos. Se despertó alterado y llamó a Sikes, su hermana pequeña. Los dos iban a viajar ese día a Brasil. Sikes lo tranquilizó, diciéndole que no se preocupara, que sólo había sido una pesadilla. Ella desconocía que, desde que vinieron de Kinera, su hermano tenía este tipo de sueños .
Tras un ligero desayuno, durante el cual John no paraba de pensar en lo que había soñado, cogieron las maletas y subieron a la nave que se encontraba en la terraza del edificio. Llevaban tiempo preparando este viaje. Nada más subir, John revisó con minuciosidad los frenos. Quería evitar por todos los medios lo inevitable. Pero no se dio cuenta de que una pequeña grieta se abría en el depósito del combustible.
Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. En un momento del trayecto, empezaron a encenderse las luces de emergencia. Sikes gritaba histérica. John intentaba, desesperado, buscar la causa de la posible avería. Pero no tuvo tiempo de solucionar nada. La nave cayó en picado hacia la selva de Manaos. Desgraciadamente, John y Sikes se quedaron inconscientes.